Prevención de la cistitis
El estilo de vida y los hábitos de higiene de una persona pueden ser las mejores herramientas para prevenir la aparición y el desarrollo de algunas enfermedades. En el caso de las infecciones en las vías urinarias podemos tomar algunas precauciones muy sencillas que servirán como excelentes métodos para la prevención de la cistitis.
La correcta hidratación es uno de los factores claves para la prevención de la cistitis. Las personas que beben entre 2 y 3 litros de agua al día tienen orina menos concentrada, lo que disminuye el riesgo de infecciones urinarias. Al beber esta cantidad de agua, además, es importante vaciar la vejiga en el mismo instante en el que sintamos la necesidad (no se recomienda contener la orina por mucho tiempo).
Para evitar cierto tipo de contagio bacteriano es importante orinar después de cada relación sexual (de esta forma se expulsan todas las bacterias depositadas en la uretra en ese momento). En verano, por lo demás, hay que llevar ropa cómoda y evitar las prendas que generen transpiración excesiva. Está comprobado que la transpiración es uno de los medios más efectivos para la proliferación de bacterias. En la prevención de la cistitis resulta vital la adopción de buenas costumbres de higiene. Las mujeres deben higienizarse de adelante hacia atrás (así se evita llevar bacterias del ano al orificio de la uretra). Tanto hombres como mujeres deben lavarse las manos con agua y jabón después de orinar o defecar.
Así como vaciar la vejiga de forma regular es importante en la prevención de la cistitis, también hay que recordar que el estreñimiento puede originar diferentes problemas en las vías urinarias. La acumulación de heces en los intestinos puede dar lugar a la multiplicación de bacterias (por ello es bueno vaciar los intestinos al menos una vez al día). Las personas que estén en pareja, por último, deben hacerse exámenes de orina regulares para proteger a su compañero/a de posibles riesgos de contagio por vía sexual.